viernes, 8 de julio de 2011

UN CUENTO CHINO

Ricardo Darín ha vuelto...y de fondo debería sonar aquello de "Tengo una debilidad", sus incondicionales espectadores vemos como pasa la programación cinéfila hasta que un día ves el cartel con la foto de ¡su cara y una vaca!, en ese momento un impulso irrefrenable e inexplicable (no sé si son sus ojos o los del dulce animalito) te lleva directamente a la taquilla.

"Un cuento chino" no será recordada como la gran película de su filmografía, pero es una de las mejores apuestas de la cartelera veraniega. Con espíritu de película pequeña es una reflexión sobre la incomunicación que consigue mantener la sonrisa constante del espectador.

La sinopsis dice "La vida de Roberto se ha detenido hace veinte años a causa de un duro revés del destino y desde entonces vive recluido en su casa, atrincherado, teniendo por único contacto con el mundo su negocio de ferretería, hasta que un extraño suceso lo despierta y lo trae de regreso a la vida"  Y entre casualidades, enredos y delirios pasa una hora y media llena de soledades en la unión de dos perdedores, Roberto (Darín) y Jun (Ignacio Huang), dos vidas repletas de fantasmas del pasado que tendrán que despertar a tortas, el presente pide reacción.


El gran baluarte es Darín, el argentino de pequeños ojos azules que transforma cada frase del guión en verdad, pero no desmerecen ni un ápice un reparto cargado de talento desde su alter ego Huang, la chispa femenina de Muriel Santa Ana, o el sabor de barrio bonaerense con Iván Romaneilli, Vivian Jaber y Enric Rodríguez.

Sebastian Borensztein ha dirigido su propio guión dando la sorpresa taquillera argentina con las notas musicales de Lucio Godoy como acompañante. Especial mención al costumbrismo y a la atmosfera de los personajes conseguida gracias al trabajo de arte, vestuario y fotografía, con profesionales como Laura Musso, Ángel Sarrión y Rodrigo Pulpeiro a los mandos.

Sales del cine con la sonrisa en la cara y algunas de las verdades de la vida clavadas en la piel...y encima cada fotograma impregnado del carisma de Darín. 
Un soplo de aire fresco, la película perfecta para una tarde de verano.


Y tú, ¿qué opinas?

Próximamente más, y si es posible...mejor

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me la habían recomendado y la fui a ver ayer, aunque me sigue pasando eso de tardar 5 minutos en adaptar el oído al acento argentino, me gustó porque no es que te saque carcajadas de risas pero sí sales del cine con buenísimas sensaciones.
Un saludo
Cris

Elena dijo...

jeje lo de tardar en adaptarse ya ves que es generalizado, recuerda que hace dos años Buenafuente y Eduardo Blanco hicieron la coña con ello en la gala de los Goya.
Parece que nos ha gustado la película a bastantes. Saludos!!